AMABILIDAD

AMABILIDAD

“La amabilidad es como la nieve: embellece todo lo que cubre” Kahlil Gibran

Nada más agradable que un buen trato en un intercambio de momentos. El afecto y la cortesía siempre hacen más grandes esos instantes y por lo general son garantía de respeto y correctos planos relacionales. En ocasiones, pequeños actos pueden ser suficientes para encuentros de verdad; los mismos que hacen que siempre haya un motivo para agradecer a la vida por nuestra existencia.

Ser amable es llenar de buenas intenciones nuestras emociones. Es dibujar el futuro con el color del optimismo, renunciar a los lamentos para asumir nuevos desafíos, observar hacia dentro y festejar por lo que hemos dado cada día, emitir estados creativos porque la conciencia tranquila y serena así lo permite, sentir que el espacio reservado para el otro es sagrado y cuidarlo con suma cautela, admitir el cambio como posibilidad, meditar hasta comprender que somos uno y servir un café para degustarlo en compañía.

Ser amable es también reducir al máximo la censura y abrir las puertas sin reproches porque luego ha de llegar el abrazo. Es confiar más que controlar y ser generoso con la libertad del otro, expresar devoción por el encanto de los vientos que se llevan lo innecesario, hacer que la satisfacción se siente en nuestra mesa como señal de esplendor y magnificencia, lograr que la voluntad sea más fuerte que el albedrío para que la vida vaya más allá de los caprichos, desplegar y extender juntos el pergamino de las promesas ya cumplidas como evidencia de compromisos pactados desde el honor.

Un “perdón, gracias o por favor” pueden convertir el empeño de la “tía alcahueta” en la mejor manera de honrarla porque ahora la amabilidad habita en nosotros y nos hace aislarnos del aislamiento. Nos permite recordar “lo nuestro” como principio para trascender las posesiones personales. Nos conduce al despertar en compañía para apreciar la galería de sorpresas que enmarcan nuestra existencia. Además, releva el vacío de otrora porque la abundancia ya es parte de nuestro presente.

La amabilidad es simultaneidad de sentimientos, es sintonía y comunión con el Espíritu, es escucha y reverencia. Así mismo, es renacer a lo que estaba inscrito y que pudo haberse quedado en el olvido, destinar nuestra atención para poder contemplar la obra perfecta, respirar en silencio con la lucidez que nos permita encontrar la Fuente y comprender que nunca debimos alejarnos de ella. Es, una vez más, usar el traje de la solidaridad y la benevolencia a sabiendas de que caminamos juntos…

Alejandro Posada Beuth

LA HUMILDAD

LA HUMILDAD

“Sé como el bambú: cuanto más creces, más profundo te inclinas” Proverbio chino

Sembrar en tierra fértil es básicamente el significado de la humildad. Es reconocer nuestras habilidades y limitaciones más allá de lo que el entorno y las opiniones nos han condicionado, habiendo generado una identidad que no nos pertenece y que puede ser fuente de infelicidad e insatisfacción.

Si somos honestos, asumimos que la vida es un continuo aprendizaje y que, por tanto, se vale pedir consejo y solicitar ayuda cuando nos invade un sentimiento de impotencia o en el momento en que nos doblegan las acciones de lo cotidiano. Esto puede resultar liberador y nos permite identificar quienes somos en esencia y retirar la máscara de las pretensiones del ego. Es así como la arrogancia y la soberbia se diluyen dando paso a la humildad que inunda de tranquilidad al ser que somos para equipararnos, sin vanidades ni ostentaciones, que solo alimentan el orgullo.

Despejar el horizonte, abrir nuestra visión y contemplar nuevas posibilidades, nos hace conscientes de la necesidad de ser breves y conservar la sencillez como portadora de aquello que busca el eterno aprendiz: ¡la sabiduría! Por eso la humildad no hace alarde del conocimiento porque sabe que no le pertenece y que debe ser compartido de manera generosa.

Quien resulta ser más elocuente con frecuencia pasa desapercibido porque, más allá de predicarla, practica la humildad. Entonces, reconoce que es válido equivocarse porque es solo la constancia de que se hizo el intento. Encuentra la armonía y renuncia al conflicto porque ve a los otros como sus iguales y los valora por lo que son, más allá de sus tenencias. Renuncia a tener la razón porque intuye que las visiones se enriquecen cuando son incluyentes. Evoca modelos a seguir pero sin dejar atrás su esencia misma. Ama lo veraz y natural porque allana el camino de la mano de la confianza. Se dispone a servir porque sabe que es sinónimo de ventura. Adopta la gratitud como actitud ante la vida y encuentra en ella la satisfacción de sentir compensado su esfuerzo.

Esa humildad comprende que las virtudes son relativas y por eso avala la modestia y la mesura. Identifica la nobleza como esencia de lo sublime y estrecha vínculos porque sabe que en el compartir, más que en competir, habita la alegría. Encuentra méritos en la vocación porque es ejercida desde el gozo.

Que la humildad nos recuerde siempre de dónde venimos y hacia dónde vamos…

Alejandro Posada Beuth

LA VERDAD

LA VERDAD

“La verdad os hará libres” Jesús

La honestidad, la sinceridad y la franqueza suelen acompañar a la verdad que es un valor que resuena con lo moral, lo ético y lo estético. Retira los velos de las cosas, es decir, que nos permite apreciarla sin tapujos lo que, a su vez, genera confianza y sensación de seguridad.

La verdad comienza con el perdón que expía las culpas, o también con la inocencia sin segundas intenciones, con un primer paso en dirección de la conquista de los sueños sin el menor asomo de duda, con asumirnos a nosotros mismos tal y como somos, con proyectar amor, liberar las dudas y multiplicar las certezas. Así mismo, con la alegría expresada a través del canto o la danza, con la resolución de viejos conflictos, con la renuncia al reconocimiento y la aprobación, o con la mente superior puesta al servicio.

Cuando nos llenamos de suficiente fuerza en el corazón para llevar a cabo la misión, cuando los actos se visten de gratitud, cuando damos paso a nuestras preferencias para entregar con alegría lo que somos, cuando la inspiración es requisito para expresar nuestra voz, o cuando la inteligencia amorosa nos proyecta, es entonces cuando la verdad se hace manifiesta y recuperamos la conciencia de cada movimiento. La consistencia, la precisión y la coherencia comienzan a coincidir como sustento de los mejores propósitos.

La verdad hace que la imagen sea un reflejo del interior y, reconocernos en ella, puede cambiar un destino porque sentimos que estamos a paz y salvo con nosotros mismos. Esto nos lleva a comprender que ya no es necesario vivir en el mundo de los opuestos y que la sombra es parte de la luz. Desde la sencillez, la desnudez, la humildad y la belleza podemos avizorar un horizonte que invita a sustituir y a olvidar las ofensas para recuperar la fuerte expectativa de que las cosas irán bien y que la apatía y la desesperación se han de desteñir ante la correcta perspectiva del entendimiento y la compasión. Es así como las palabras cuidan y no ofenden porque se nutren de la Bondad Esencial de la que fuimos creados a imagen y semejanza.

La mente desaparece en el campo del silencio, donde habitan las posibilidades sin límites y yace la verdad, la misma que permite que seamos dignos de disfrutar la felicidad porque es de nuestra legítima propiedad y hace parte del inventario más excelso de las virtudes que vamos recopilando en el camino de nuestras vidas…

Alejandro Posada Beuth

GOZO

GOZO

“El dolor cuenta las horas; el placer las olvida” Anónimo

 

Tal vez la expresión máxima de la alegría sea el gozo, que se convierte en un estado superlativo de esa sensación interna de plenitud y armonía. El bienestar está en esa fortaleza derivada de un movimiento de transmutación profunda que lleva a revelar las más grandes virtudes del Ser. Es un estado de gratitud permanente que se experimenta con cada acción. Más allá de nuestra química y de las leyes naturales, nos vinculamos entonces, con las emociones y con el mundo de las ideas para ser generadores de júbilo e impulsores de ilusiones y aspiraciones por cumplir.

Los anhelos, las fantasías y los grandes proyectos, si van acompañados del gozo, son garantía de un equilibrio mayor. Es cuando desaparece la fricción porque la resistencia es apenas una muestra de falta de coraje para atrevernos a enfrentar aquello que desconocemos. También quedan atrás la crueldad, el orgullo y la prepotencia, para que salgan a flote la ciencia y la inteligencia vestidas de amor. Así surgen el maestro, el sanador, el músico o el poeta que se funden en una realidad amable y diferente para mantener viva la llama de los nuevos intentos.

Vivenciar el mundo desde el gozo es percibir la claridad, aquietar el oleaje, retornar a la confianza y la aprobación. Es adoptar la libertad para remontar el vuelo, caminar sin cansancio porque hay fe en cada paso. Es aceptar el presente como único tiempo para no empeñarnos en las profecías. Es diseñar la propia realidad renunciando a simples códigos. Es encontrar en el vacío una fuente inagotable porque allí habitan todas las potencialidades y se decodifican las señales. Es darle energía a los sueños para sortear obstáculos y perseverar sin descanso en la erradicación de la duda. Es dejar de huir de nosotros mismos y sacrificar el placer temporal o el conformismo, para comprender el precio real de las metas mayores. Es jugar como niños para diluir y resolver sin anclarnos a lo superfluo. Es elevar las anclas para dejar las cargas emocionales.

El gozo es consecuencia de la compasión, presencia del Espíritu, complacencia y, por qué no decirlo, algo de misticismo. Es el espejo en que nos reflejamos desde la reverencia y el aprecio. Es afluencia del alma como ordenadora esencial. Es magnetismo puro, repleto de intenciones. Es el poder que trabaja desde el centro y por ende renuncia a la ofensa. Es voluntad para buscar el camino de retorno.

Conectarnos con el gozo es ir en la corriente de la vida y volver a encontrarnos con lo sutil e intangible para entrelazar con lo interminable…

 

Alejandro Posada Beuth

 

 

SINTONÍA

SINTONÍA

“Todos los actores se visten de sintonía con su escenario” Sarah Waters

 

Resonar en la misma frecuencia es adaptarse y armonizarse para coincidir. Más que vibrar en pensamientos o ideas, es permitir que los sentimientos sean uno en la estación del entendimiento, la comprensión y la aceptación mutua. Es ir en la misma dirección y concordar en acciones e intereses comunes que permitan remar hacia la misma ruta, con argumentos y visiones compartidas.

Opiniones similares facilitan el entendimiento, pero la capacidad de discernir debe permanecer intacta. Sentirnos protegidos es algo que suele suceder cuando encontramos propósitos similares y usamos herramientas comunes. Esto nos hace pensar que podemos comunicarnos de corazón a corazón y que, por tanto, son válidas algunas expresiones de contención para no desbordarnos al momento de actuar.

La sintonía es hermana de la empatía y es por eso que es más fácil salir de los malos momentos cuando nos brindan apoyo y lo sentimos como nuestro complemento. Aprendemos más fácilmente cuando alguien que conoce el oficio nos entrega generosamente su conocimiento. Despejamos el sendero de manera rápida cuando vamos en compañía de quien interpretó antes el mapa de navegación. Disfrutamos del viaje cuando quien va a nuestro lado sonríe y se sorprende evocando ternura. Encontramos mayores y más fuertes motivos cuando en el horizonte nos espera el ser amado que nos impulsa a continuar.

Estar en sintonía es, también, hacer una lectura conjunta para abrir así la puerta a otros mundos y refinar habilidades. Es comprender que las preguntas pueden ser más importantes que las respuestas porque además se convertirán en excusas para seguir explorando. Es escuchar la voz del alma que renuncia al perfeccionismo y edifica a partir del compromiso. Es audacia porque potencia desde estrategias nuevas cuando el motor es el amor. Es darle valor a actitudes conscientes que conectan con lo verdadero y nos implican en el arte de elegir.  Es reconocernos integrantes de ese “algo mayor” para expresar con orgullo que vamos cumpliendo con nuestra parte.

Estar en sintonía es dar el primer paso para entregar una lágrima como señal de que algo nos ha conmovido pero, además, reconocer en ese acto nuestras fragilidades y flaquezas para seguir templando el carácter, vencer la pasividad y ser protagonistas solidarios de nuestra existencia…

 

Alejandro Posada Beuth

Amar es el milagro!

Amar es el milagro!

Para hacer milagros lo primero es recordar quienes somos y de donde venimos: de la Fuente de todo lo perfecto. Factores como la coherencia, el perdón, la resolución de las culpas, nos ayudan a sintonizarnos con el más importante de los sentimientos: el amor. Desde el nos acercamos al campo unificado de conciencia, donde los milagros son posibles, porque saca lo mejor de lo que somos…

https://youtu.be/E0UxbMgTi88
Ciencia y conciencia

Ciencia y conciencia

El “darse cuenta” de cada cosa que nos rodea, el estar verdaderamente conectado con lo que hay en nuestro entorno es, sin duda, una forma de saber que estamos dándole sentido a los sentidos y colorido a cada uno de nuestros pensamientos y emociones. Somos una inteligencia alineada con el Universo y, por tanto, seres interdependientes que constituimos una verdadera red de soporte en la que cada punto nodal representa una experiencia vivida y una excusa maravillosa para afianzar la urdimbre de la vida.

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