El “darse cuenta” de cada cosa que nos rodea, el estar verdaderamente conectado con lo que hay en nuestro entorno es, sin duda, una forma de saber que estamos dándole sentido a los sentidos y colorido a cada uno de nuestros pensamientos y emociones. Somos una inteligencia alineada con el Universo y, por tanto, seres interdependientes que constituimos una verdadera red de soporte en la que cada punto nodal representa una experiencia vivida y una excusa maravillosa para afianzar la urdimbre de la vida.