«Lo único que puede crecer es aquello a lo que le das importancia” Ralph Waldo Emerson
Muchos son los distractores que pueden robarnos la atención y que hacen que perdamos de vista las jerarquías o prioridades, tal vez desaprovechando momentos singulares que esperan por nuestra atención para concretar con eficiencia los más nobles objetivos.
Quizás sea este el momento para enfocarnos de manera correcta en búsqueda de lo significativo. Probablemente sea este el mejor de los tiempos para encausar nuestros pensamientos y dar un rumbo concreto a nuestras más loables aspiraciones para transformar vidas y cambiar perspectivas. Acaso, esta sea la oportunidad de realizar lo preciso en la ocasión perfecta y visualizar con determinación algo que nos llene de orgullo y, al mismo tiempo, de agradecimiento y entusiasmo.
Una buena herramienta para realizar el correcto enfoque es generar interrogantes que permitan cambiar el panorama e ir puliendo el diamante que somos, sin perder de vista lo esencial. Esto es, aprender a mirar las cosas de manera diferente y darles el valor para no dejar tareas encubiertas con el pretexto de poder hacer varias a la vez, cuando en realidad no son más que sofismas de distracción que impiden convertir nuestras metas en acciones.
Es la ocasión para descubrir cuáles son esos sueños que aúnan propósitos. O para crear imágenes sugestivas que cada segundo sean fiel reflejo de excelentes inversiones que nos llenen de satisfacción, más allá de lo tangible. También para saber que es menester liberar cargas y eliminar lo superfluo. Es hacer de cada pensamiento una experiencia y confiar en que la sabiduría interior nos dicte el paso a seguir para que la vida cambie de sabores y podamos degustar el día a día.
Es bueno disponernos a soltar ataduras para sintonizarnos con la libertad que es cuando fluimos espontáneamente y encontramos nuestra máxima productividad, porque nos acompaña el gozo y sentimos la vibración amorosa de cada latido. Es maravilloso que el foco sea puesto en el presente para dejar de ser esclavos de las expectativas. Es fantástico sentir que amamos la vida y que ella nos ama a nosotros y nos protege para no dar cabida a los miedos o las dudas entendiendo así que en nosotros habita la abundancia y se divierte la alegría.
Que, al menos por hoy, podamos enfocarnos y crear una visión clara y atractiva de lo que ha de venir para identificar a donde queremos llegar, sin titubeos ni vacilaciones: es la mejor manera de dejar abierto el libro de las certezas…
Alejandro Posada Beuth