UNA GOTA

UNA GOTA

“Descubrí el secreto del mar meditando sobre una gota de rocío” Khalil Gibran

A pesar de lo minúscula, una gota guarda la cohesión necesaria como para conservar su esencia. En ella hay probablemente tanta información como la historia misma de la vida y sus orígenes. Aunque pueda pasar desapercibida, quizás en su interior esté el potencial suficiente como para crear un océano.

Una gota de ternura puede ser el mejor incentivo para continuar cuando ya el aliento se extingue y la agitación nos vence. Puede contener la suficiente dosis de desapego como para tener la seguridad de que el nuevo día ha de llegar con instrucciones a bordo para hacer frente a los nuevos desafíos y soltar las pesadas cargas de emociones que se anclaron en aquella noche oscura.

Una gota de pasión puede acrecentar con vehemencia la voluntad y hacer que ningún propósito sea más grande que nuestra intención. Puede también combinarse con la devoción y el cariño necesarios como para poner en movimiento el amor universal y hacer que el servicio, la ética y la razón ocupen un lugar jerárquico para que, al final, el esfuerzo sea compensado con la satisfacción de sentirnos uno con el otro.

Una gota de alegría puede ser suficiente como para iluminar las bóvedas celestes y tener la convicción de que vale la pena vivir intensamente y que la elección es nuestra. En ella reside la posibilidad de disfrutar de las conexiones instantáneas que suelen colmarse de satisfacciones, sonrisas, colores y gratas experiencias. Tal vez sea la mejor manera de vibrar con un mundo por diseñar a cada momento y haciendo de nuestros actos una nueva disculpa para maravillarnos con la existencia.

Una gota de honestidad y transparencia probablemente represente la forma de abrir los ojos de la esperanza para llenarnos de ilusión y seguir soñando que es posible un mundo mejor y que los días y las horas recuperan su significado cuando nos invade esa sensación de júbilo que hace saltar a cada célula de nuestro corazón, en señal de que las cosas van bien y que hay más y más motivos a la espera.

Una gota de asombro es bastante como para despertar el niño que habita en nosotros y pintar de magia y alquimia hasta la más compleja de las situaciones, porque no admite un “no” como respuesta a los imposibles y siempre abre sus ojos para que la luz porte las respuestas.

Que cada una de estas gotas desemboque en el mar de las certezas…

Alejandro Posada Beuth

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