¿Y si creas tu propio futuro en lugar de encontrártelo?
(Mario Alonso Puig)
Resolución, determinación y valor son requeridos para activar la capacidad adaptativa que nos permita continuar en el proceso evolutivo. Nuestra propia biología es escrita día a día con el registro de cada una las historias que vamos viviendo. Reinventarse es una necesidad más que una opción y desafía nuestra creatividad y potencial innovador que, generalmente, llegan cuando la inspiración tiene cabida desde la conquista del silencio. La plenitud y la alegría surgen como principales activos en semejante propósito y nos llevan a resonar con patrones de frecuencia diferentes que nos conectan con el inagotable mundo de las posibilidades y oportunidades.
En el redescubrimiento de nuestra misión (re-misión), seguramente hemos de enfrentarnos a picos y valles que nos sugieran renunciar deliciosamente a tantas y tantas expectativas que por momentos nos anquilosan. Suele ocurrir que la parálisis surja del exceso de análisis y relegue al optimismo a un segundo plano. Pero… ¿Y si nos atreviéramos a dejar atrás al desaliento y las viejas programaciones o virus mentales? ¿Y si la fuerza y la coherencia fueran el combustible para que cada pensamiento semilla germinara alimentado por el calor de un corazón amoroso? ¿Y si en lugar de pensamientos limitantes, nuestra conciencia se expandiera en comunión con la fertilidad máxima del ingenio y la originalidad? ¿Y si el poema recuperara su lugar de privilegio en los aromas que evocan la presencia en los momentos de ausencia?
La vida es un lienzo en blanco y es el momento para pintarlo con nuestros sueños. Es tiempo de generar pasión e intensidad en cada acción. Es crucial reenfocar la atención para no perderse en lo no esencial. Es el instante preciso para escuchar esa voz que habita en nuestro interior y que incita a iniciar el camino de regreso y así mostrar nuestra mejor versión.
Reinventarse es abrir las puertas a la magia, al júbilo, a la sonrisa y las caricias, al delirio y el desborde, para que la luz rebose nuestro ser y el éxtasis sea el estado natural que avive el fuego que acerque nuestros corazones desde el lenguaje del amor conjugado en presente.
Alejandro Posada Beuth