Dejando huella

Dejando huella

“Pisa fuerte y deja huella por si alguna vez te pierdes” (Anónimo)

Quien ama lo que hace se atreve a arriesgarse y desafía lo que otros puedan pensar. En lugar de buscar aprobación valora su propia capacidad de volar y crear. No se detiene a contemplar sus logros porque sabe que son efímeros y porque son apenas el comienzo de muchas otras metas. Renuncia al reconocimiento porque su convicción interior es más fuerte que la opinión ajena.

Para dejar huella es necesario desafiar los temores y el exceso de análisis. Basta con escuchar al corazón para comprender que la música ya estaba inscrita y que solo requería del silencio para ser escuchada. De esta forma se allana el sendero y los límites desaparecen porque de la capacidad de visualizar e imaginar se desprende lo original y se manifiesta lo verdaderamente significativo, más allá de la minucia. Es entonces cuando la consistencia y la congruencia trascienden al perfeccionismo y superan las quimeras para que lo potencial se ancle y se manifieste.

Comprometerse es fluir en presente para que tus acciones despierten ilusiones y se despliegue la pantalla de tus sueños para poner en escena tus mejores intenciones. Es entonces cuando la esencia de tu aroma queda rondando en el aire y lo mejor de ti impregna el destino de muchos otros, dejando ecos en la eternidad, pero declinando al ego porque la satisfacción personal será tu mejor recompensa.

Con humildad deja tu aporte y transmite con tanta fuerza y compromiso que tu sinceridad quede impresa en cada gesto como marca imborrable de tu capacidad de entrega y de servicio. Nunca dejes de aprender y otórgale significado y sentido a cada momento de plenitud para hacerlo único y, por lo mismo, permite que la espontaneidad ocupe un lugar de privilegio en lo cotidiano. Muere a lo que no te deja vivir y renuncia a lo no sustancial para que construyas dejando impacto y reconociendo lo que otros han hecho por despejar tu camino.

Que tu legado esté impregnado de tu pasión y tu capacidad de servir. Que siempre estés optimizando tus habilidades y dando rienda suelta a la existencia, consciente de que eres co-creador y que vale la pena rescatar el coraje que te permita mantener el impulso interminable hasta que sientas que la labor ha sido realizada. Que la genuina alegría te despierte cada mañana porque tus sueños lograron la placidez y la calma como consecuencia de una conciencia en paz…

Alejandro Posada Beuth