El ser frente al hacer

El ser frente al hacer

“Solo es capaz de realizar sus sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto”
León Dandi

Ser “humano” es, de por sí, un compromiso. No es tan simple como el haber encarnado en un cuerpo físico que elegimos para habitar en este mundo. No es tan sencillo como el hecho de realizar una serie de funciones de supervivencia. Tampoco como el aprender algunas habilidades a partir de talentos de los que hayamos sido dotados. Ni mucho menos es reducir nuestra existencia a cuestiones meramente biológicas.

El hecho de “Ser” ya nos invita a desarrollar un grado de Conciencia suficiente, como para comprender que somos interdependientes y que por tanto debemos desarrollar la capacidad de crear vínculos o redes de soporte que nos permitan cumplir cabalmente con ese pedacito de misión que asumimos dentro de un Plan Mayor y al mismo tiempo nos mueva a dejar atrás los miedos o culpas que suelen ser las más grandes fuerzas limitadoras. Esa invitación es también a renunciar a seguir echándonos a cuestas el lastre del pasado y más bien rescatar la levedad (leve-edad, inocencia, espontaneidad, transparencia) que facilite nuestro “hacer” de una manera coherente, clara y orientada al ser-vicio (el vicio de Ser) y así, de esta manera, permitir que esa estela que dejamos al pasar pueda ser una guía clara para quienes nos sucedan.

Una inspiración y sincronización poderosas pueden ser herramientas fundamentales para tales propósitos y significa que también es menester conservar el entusiasmo y alegría en cada labor que desarrollemos. Esto es, producir dopamina y serotonina, moléculas de la pasión y alegría respectivamente, para que el motor de la intención, la determinación y el deseo, se mantenga encendido.

Para ser en el hacer debe existir siempre una buena dosis de humildad, sencillez y modestia que nos permita recordar que estamos conectados con esa Fuente Principal que dio origen a lo que somos y, además, que vale la pena honrar con cada acto el privilegio de ocupar el lugar que nos fue reservado para aportar en el más grande proyecto: ¡la vida!

Lo que parecía imposible, solo está tardando un poco más en manifestarse, esperando pacientemente a que nos dispongamos, porque estamos sólo a un pensamiento de cambiar nuestras vidas…

Alejandro Posada Beuth