Amar es el milagro!

Amar es el milagro!

Para hacer milagros lo primero es recordar quienes somos y de donde venimos: de la Fuente de todo lo perfecto. Factores como la coherencia, el perdón, la resolución de las culpas, nos ayudan a sintonizarnos con el más importante de los sentimientos: el amor. Desde el nos acercamos al campo unificado de conciencia, donde los milagros son posibles, porque saca lo mejor de lo que somos…

https://youtu.be/E0UxbMgTi88
Inspiración

Inspiración

“De la quietud nace la inspiración y del movimiento surge la creatividad” Isabel Allende

En la mitología griega las musas eran las divinidades inspiradoras de las artes y bajaban a susurrarle a quien las invocara. Eran fuente inagotable para quien, de corazón, clamara por ellas. Pero más tarde, por asuntos religiosos, la pena de muerte o el destierro fueron los castigos para quienes las idolatraran. Y dicen que, por esto, algunas se quedaron ilegalmente y siguen “haciendo de las suyas”.

Cuando el corazón y la razón se amalgaman aflora la perspectiva esencial que no es otra cosa que regresar a la Fuente de donde brota toda inspiración. Es entonces cuando cada pensamiento, cada palabra o cada acción cobran vida e impactan porque son lucidez creativa y auténtica, sin ataduras, ni paradigmas o prejuicios. Los talentos latentes recuperan su investidura y los límites de las creencias son trascendidos porque la innovación, el ingenio y la fertilidad imaginativa se ponen a punto.

La expansión de la espiral ascendente de la conciencia hace que el deseo se alinee con el Espíritu y se despeje el camino hacia el frenesí y el éxtasis que se sienten al momento en que se revela una visión que puede escapar a la comprensión lógica, lo que la hace singular. Es precisamente ese estado entre lo mágico y lo divino lo que modula la fuerza que yace en nosotros y que va más allá de lo humano porque es rebelde, incontrolable e irresistible, pero a su vez, natural y espontánea cuando se está en resonancia con las más altas vibraciones.

La inspiración generalmente es el resultado de un pensamiento semilla que encontró el terreno propicio y abonado para que germinaran las respuestas a los interrogantes edificantes y claros. Con frecuencia se dibuja una sonrisa después de discernir y entender que ella llega cuando nos sintonizamos en “modo receptor” de lo sublime, de lo majestuoso y de lo más excelso para convertirse en excepcional.

Es por eso que puede llegar acompañada de una música celestial, o de un espacio sereno y tranquilo o quizás como consecuencia de evocar ese rostro que conecta con sentimientos de amor y que a través de sus ojos transparentes y cálidos permiten escudriñar en ese “más allá de allá” donde lo infinito es el límite y donde los sueños son energía en potencia que solo esperan el momento justo para dejar la ilusión y tornarse en ferviente aspiración que materialice y concrete aquello que está conectado con los designios más insuperables en el sendero de la iluminación.

Alejandro Posada Beuth

Reinventarnos

Reinventarnos

¿Y si creas tu propio futuro en lugar de encontrártelo?
(Mario Alonso Puig)

Resolución, determinación y valor son requeridos para activar la capacidad adaptativa que nos permita continuar en el proceso evolutivo. Nuestra propia biología es escrita día a día con el registro de cada una las historias que vamos viviendo. Reinventarse es una necesidad más que una opción y desafía nuestra creatividad y potencial innovador que, generalmente, llegan cuando la inspiración tiene cabida desde la conquista del silencio. La plenitud y la alegría surgen como principales activos en semejante propósito y nos llevan a resonar con patrones de frecuencia diferentes que nos conectan con el inagotable mundo de las posibilidades y oportunidades.

En el redescubrimiento de nuestra misión (re-misión), seguramente hemos de enfrentarnos a picos y valles que nos sugieran renunciar deliciosamente a tantas y tantas expectativas que por momentos nos anquilosan. Suele ocurrir que la parálisis surja del exceso de análisis y relegue al optimismo a un segundo plano. Pero… ¿Y si nos atreviéramos a dejar atrás al desaliento y las viejas programaciones o virus mentales? ¿Y si la fuerza y la coherencia fueran el combustible para que cada pensamiento semilla germinara alimentado por el calor de un corazón amoroso? ¿Y si en lugar de pensamientos limitantes, nuestra conciencia se expandiera en comunión con la fertilidad máxima del ingenio y la originalidad? ¿Y si el poema recuperara su lugar de privilegio en los aromas que evocan la presencia en los momentos de ausencia?

La vida es un lienzo en blanco y es el momento para pintarlo con nuestros sueños. Es tiempo de generar pasión e intensidad en cada acción. Es crucial reenfocar la atención para no perderse en lo no esencial. Es el instante preciso para escuchar esa voz que habita en nuestro interior y que incita a iniciar el camino de regreso y así mostrar nuestra mejor versión.

Reinventarse es abrir las puertas a la magia, al júbilo, a la sonrisa y las caricias, al delirio y el desborde, para que la luz rebose nuestro ser y el éxtasis sea el estado natural que avive el fuego que acerque nuestros corazones desde el lenguaje del amor conjugado en presente.

Alejandro Posada Beuth

El placer de dar

El placer de dar

“Da de lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta” San Agustín

El dar y recibir es una puesta en evidencia del libre flujo de la energía que se intercambia continuamente. Casi podría decirse que es un movimiento continuo, que no debería agotarse y que surge de la necesidad de mantener el perfecto equilibrio, por lo que es sano ser generosos en los dos sentidos.

La semilla del dar garantiza recibir en abundancia, siempre y cuando el móvil no sea el resultado del cálculo y la avaricia. Cuando surge de manera espontánea y desde la noble intención, la entrega es semilla que germina y se hace plenitud. Origina alegría que rebosa el ser porque también multiplica y da valor a lo que es entregado, lo cual retribuye con creces el propósito.

Siempre hay algo por brindar: tiempo, talentos, caricias, servicio, presencia… Pero todo esto debe ir acompañado de un profundo amor, de mucha humildad y de integridad absoluta. De lo contrario reinarían la soberbia, la arrogancia, la vanidad o la lujuria y, entonces, se perdería la magia del retorno infinito. Pasar de la posición y la posesión en dirección hacia la conquista del lugar que nos corresponde, sin orgullos, como seres con nexos, pero sin ataduras y renunciar a seguir acumulando (lo cual es muestra de lo que nos falta), resulta ser un ascenso en la espiral evolutiva de la reflexión y el discernimiento para poder volver a reconocernos y ser de nuevo inclusivos.

La expansión y la prosperidad van mucho más allá de lo meramente material. La benevolencia acompaña al esfuerzo y la consagración. Es dando como se evitan las carencias de lado y lado y como aprendemos también a recibir a manos llenas porque esto hace parte de la armonía y la ecuanimidad. Por eso al compartir sentimos que hemos ganado algo, que seguimos dándole color a la vida, brillo, contrastes y, como si fuera poco, que el trenzado de nuestro propio ADN se llena de música del corazón.

En la escala de valores, la posibilidad de aportar a los otros debe ocupar un lugar de privilegio. Esto da paso a la coherencia porque el amor impersonal se hace manifiesto con cada latido y la conciencia inteligente, llena de luz cada acto de entrega sin reservas. Somos prósperos por naturaleza y por eso la riqueza es sinónimo de desprendimiento y filantropía.

Que al terminar el día nos inunde la satisfacción de haber compartido algo con aquel que verdaderamente lo necesita.

Alejandro Posada Beuth

La soledad

La soledad

“La soledad es el imperio de la conciencia” Federico García Lorca

Es complejo diferenciar el estar solo con sentirse así. Lo primero resulta casi imposible porque muchas manifestaciones de vida están a nuestro alrededor y su expresión a través de múltiples formas es la constatación de que todos estamos vinculados de alguna manera con el entramado que nos rodea. Por eso quizás la única manera de probar la soledad es sentirla y suele ser por elección propia.

Más que un estado de aislamiento, separación o abandono, puede convertirse en un espléndido momento para el reencuentro interior y por ello no hay que temerle, más que por apartarnos del territorio de holgura, lo cual incluso puede ser parte del proceso evolutivo hacia el desarrollo de la Conciencia que pone a prueba nuestros propios recursos.

Soledad y silencio suelen ir de la mano para resonar con nuestra propia música que es la antesala con la que toma vuelo la fuerza creativa, sugiriendo nuevos proyectos que se acunan en el corazón cargados de ilusion y propósito. Adentrarse en el vacío invita al desprendimiento porque es allí donde verdaderamente encontramos el sentido profundo de cambiar las viejas programaciones para ir ligeros de equipaje y leves de emociones tóxicas. Es entonces cuando dejamos de sentir la necesidad dictatorial de proyectarnos porque el centro nos reclama en presente para tomar las mejores decisiones.

Experimentarla de hecho nos conduce a expiar las culpas para levantarnos en comunión con la genuina alegría que dispone cada cosa en su justa dimensión. No hay lugar entonces para magnificar lo que no corresponde y por ello las lecciones se tornan sutiles. Resurgen los sueños que esperan al soñador, lo cual supone abstraerse de lo no esencial, para dialogar en el mismo plano con el Maestro. Es cuando el sabio y el aprendiz se funden de manera apacible renunciando a cualquier rol para sintonizarse simple y llanamente con el tejido de la humanidad donde cada uno se reconoce esencial.

La soledad puede ser pues, una excelente compañía porque desde su impecable prudencia nos contempla de forma amorosa y compasiva, renunciando a emitir cualquier tipo de veredicto y más bien despejando conmovida el sendero para que nuestro trasegar sea más amable, afectuoso y sencillo. Apacible y suspendida en el tiempo nos observa conmovida para acogernos en el momento preciso en el que la voz interior nos susurre que es el momento de volver a la Unidad.

¡Qué bella es!

Alejandro Posada Beuth

Vivir en armonía

Vivir en armonía

“Quien vive en armonía no teme la soledad” Doménico Cieri

Una composición de sonidos, de tonalidades y matices, una sucesión de los tiempos de manera coherente y ordenada, un equilibrio perfecto entre cadencias e intervalos que revelan la belleza y restauran la bondad: eso es armonía.

No depende de elementos externos, sino que brota de conciliar con lo más profundo e interno de nuestro ser. Por eso reclama y exige un diálogo franco con nosotros mismos que implica estar dispuestos a recibir respuestas, no siempre agradables para el ego. Requiere dejar a un lado la soberbia y la altivez para exponerse genuinamente al amor que invita a seguir soñando para construir e imaginar que imaginamos.

La armonía brinda por la vida y encuentra, de manera invariable, coartadas para ser felices y compinches en la toma de iniciativas que incitan al movimiento, al aprendizaje que procesa y asume, a la visión que despeja el camino, a despertar a la ternura y la aceptación para alejar las culpas. A conectar con lo más auténtico y a ponerle el sello de originalidad a cada experiencia.

Pone de manifiesto también la actitud valiente y el coraje que llevan a la conquista de nuestra propia vida, amalgamando emociones y rescatando sentires que evitan caer en el olvido o la arrogancia. Libera los apegos sin desistir de evocar gratos momentos. Resalta la determinación más allá de las metas y antepone el respeto a cualquier acción. Por eso en muchas ocasiones se camufla con el silencio y desarma decorosamente al ruido de los pensamientos de baja vibración.

Cuando confluyen inteligencia y armonía, hay claridad en la elaboración de las ideas y se promulga la autodisciplina para estar más cerca al propósito. Es entonces cuando la mirada va más allá de las apariencias, lo que contribuye a superar los desacuerdos y a responder con compasión a la indignación o con una sonrisa al admitir el desafío que pule el carácter.

Un sentimiento como este es la evidencia de paz interior, de alianza con el otro, de recibir el eco que retroalimenta. Es quedarse absorto ante el milagro del encuentro. Es rendirle tributo a la honorabilidad y ver qué estamos dispuestos a hacer por el compromiso y la misión. Es dejar las cosas idas en su sitio y es arropar el perdón. Es sentir el calor de la piel ajena como propia. Es asistir a la ceremonia de las fantasías sin límites, con la osadía del que aún cree. Y es presagiar el beso que llega como si fuera el primero…

Alejandro Posada Beuth

Como vivir en soledad

Como vivir en soledad

Realmente estar sols es prácticamente imposible. Otra cosa es SENTIRSE solo, en cuyo caso es importante intervenir, porque por naturaleza somos seres sociables que requerimos de nuestras redes de apoyo. Pero en ocasiones la Soledad nos auto afirma, nos empodera, nos aclara, nos permite divagar deliciosamente en nuestros pensamientos y confrontarlos…